La enseñanza:
¿Qué es la
enseñanza?
La enseñanza es una actividad, una ser, una práctica
en la que debe haber al menos 2 personas, una de las cuales poseen un
conocimiento o habilidad que la otra no posee; la primera intenta transmitir
esos conocimientos a la segunda, estableciéndose entre ambas una cierta
relación a fin de que la segunda los adquiera. No es posible asegurar que lo
que se quiere comunicar sería efectivamente transmitido y adquirido: el hecho
de que el docente enseñe no significa que el alumno aprenda o que aprenda lo
que se pretende enseñar.
La enseñanza y
el aprendizaje
Fenstermacher sostiene que la relación entre
enseñanza y aprendizaje no es por causalidad. En esta relación, el concepto de
enseñanza depende del concepto de aprendizaje. Para que alguien enseñe, debe
existir necesariamente alguien que aprenda; pero de enseñar no se sigue siempre
un determinado aprendizaje. La enseñanza se produce en General, en presencia de
al menos, una persona más que adquiera algo.
Podemos aprender sin que nadie nos enseña y podemos
enseñar sin que nadie aprenda algo.
La enseñanza existe, como actividad, porque el
aprendizaje ocurre, pero ambos procesos no se identifican necesariamente.
La enseñanza es una actividad que busca favorecer
el aprendizaje, generando un andamiaje para facilitar el aprendizaje de algo
que el aprendiz puede hacer si se le brinda una ayuda. La enseñanza es guía o
sostén que el docente ofrece y luego retira para favorecer el aprendizaje de
sus alumnos. A medida que el aprendiz domina ciertas tareas, el adulto
(enseñante) empieza a retirar su apoyo, dejando que el alumno siga ejecutando
la misma tarea. El objetivo de la enseñanza es el traspaso de competencias del
enseñante al aprendiz.
La enseñanza sistemática existe en la medida en que
se produce un proceso de comunicación entre docentes y alumnos para que los
primeros ayuden a los segundos a resolver problemas que no podrían resolver
solos. El aprendizaje se da en un contexto social, histórico y cultural
determinado. Los contenidos brindados a los alumnos son un repertorio de
soluciones moldeadas por la sociedad y la cultura; la resolución de problemas
es cultural y socialmente relativa.
La actividad práctica de la enseñanza ejerce una
influencia social sobre los aprendices y esta transmisión se produce de forma
sistemática y orientada en un sentido determinado. Lo que una buena enseñanza
debe intentar es fomentar la zona de intersección que existe entre enseñanza y
aprendizaje, es decir, entre enseñante y aprendiz. Sin comunicación, contacto o
significados compartidos no es posible desarrollar, inducir o guiar el proceso
del aprendiz.
La enseñanza
como sostén y día del aprendizaje
El adulto guía el aprendizaje de su alumno y retira
su sostén a medida que éste adquiere el dominio de sus tareas: Bruner lo llamó
“aprendizaje guiado”. En el aprendizaje sistemático en la escuela, el alumno no
es abandonado a su propia capacidad de descubrimiento sino que se pretende
poner en marcha el diálogo entre aprendiz y realidad, apoyado en la búsqueda
compartida con los compañeros y mayores, siempre y cuando estos apoyos sean
provisionales y desaparezcan progresivamente, permitiendo que el alumno asuma
el control de su actividad. De este modo, el alumno asume las capacidades
simbólicas, técnicas y afectivas que le permiten acceder al mundo de la
cultura, del pensamiento y de la vida sociopolítica.
Cuatro factores
presentes en todo proceso de enseñanza
La escuela existe porque los aprendices son
personas con determinado potencial de desarrollo y precisan de la asistencia
sistemática de otra, culturalmente más experta. Los problemas a resolver están
dentro del terreno del desarrollo potencial inmediato de los alumnos. Todo
proceso educativo implica:
1. Un
aprendiz;
2. Enseñante o docente;
3. Un
problema para el aprendiz, para lo
cual requiere de la ayuda del docente;
4. Contenido necesario para resolverlo.
Todos estos factores deben estar presentes para que
exista enseñanza. En un determinado momento, la relación entre los factores, se
redefine: el alumno ha desarrollado su potencial y se ha ubicado frente a
nuevos problemas.
Estos cuatro factores interactúan en forma dinámica
gracias a un proceso de comunicación. El alumno resuelve problemas cuando
establece relaciones significativas entre los recursos que le ofrece el docente
(contenido) y el problema en cuestión. Avanzar en la comprensión cuando logra
aplicar estos aprendizajes a otras situaciones y problemas no previstos por el
planteo original del docente. Lo que define al docente experto, es saber qué
estrategia, que recursos y que contenidos son más efectivos para ayudar a sus
alumnos a resolver un problema en una situación determinada. En tanto proceso
de comunicación, el progreso de la enseñanza y del aprendizaje, es posible
gracias al funcionamiento o de sistemas de control: el docente controla la
comunicación observando el trabajo que realizan sus alumnos o haciéndoles
preguntas, ejercicios o evaluaciones. Así, el docente analizar la tarea
realizada, retroalimentando el circuito de comunicación entre los distintos
factores.
El punto de
partida de toda enseñanza: la experiencia, la cultura y el saber de los que
aprenden
Experimentar significa probar y examinar
prácticamente una cosa o tener conocimiento a través de la práctica y la
observación; se construye experiencia a partir de una intención de aprendizaje.
Los alumnos pueden participar del intercambio y
elaboración de significados, de realizar nuevas experiencias, cuando los
contenidos brindados ayudar a cuestionar las formas habituales de pensar y de
actuar. La internalización de la cultura elaborada, debe servir para
reconstruir los saberes preexistentes en el sujeto y potenciar la capacidad
para resolver nuevos problemas, los cuales deben ser adecuados a las
potencialidades del alumno. Este escenario sólo será posible si el docente toma
como punto de partida las ideas, motivaciones y percepciones del alumno.
Tradicionalmente, la práctica docente se realiza de
modo inverso: parte del currículum y disciplinas tratando de acercarlas al
alumno de modo novedoso y motivador. Deberíamos utilizar estos contenidos ya
organizados para provocar la reconstrucción de los conocimientos y concepciones
del alumno. Para esto es necesario conocer los intereses, deseos o historias de
cada grupo de alumnos.
El objetivo de la enseñanza no es asegurar la
adquisición de un determinado contenido, por el contrario, el contenido a
enseñar, es un recurso para plantear problemas que impulsan la reconstrucción
de ideas, percepciones y actitudes de los alumnos. El docente debe provocar la
transformación del conocimiento vulgar que los alumnos adquieren antes y
paralelamente al colegio. Lo que se aprende en la escuela debe servir para
introducir a los alumnos en mundos complejos y organizados de significado, a
partir de los cuales es posible ver las realidades de un modo más comprensivo.
La enseñanza se
propone construir significados compartidos
Cada grupo de aprendizaje desarrolla su propia
cultura y esto a su vez se desarrolla en una institución que promueve y espera
exigencias y reglas de conducta. Para armonizar intereses y diferencias de los
diferentes grupos se debe crear un espacio de conocimiento compartido en el
aula. El docente debe intentar crear por medio del diálogo, un contexto de
comunicación y metacomunicación común. El enseñante debe facilitar el diálogo y
aportar los contenidos elaborados que permitan enriquecer este espacio de intercambio,
sin imponer sus propias ideas. Esto requiere un compromiso de participación por
parte de alumnos y docentes.
La función del Profesor es:
ü Facilitar
la participación activa y ordenada en el aula;
ü Presentar
problemas adecuados al potencial de desarrollo actual de sus alumnos;
ü Ofrecer
contenidos que enriquezcan el intercambio y provoque en la reflexión sobre los
temas tratados y sobre el propio proceso de comunicación;
ü Analizar
la marcha del proceso para proponer y efectuar reajustes.
Los contenidos serán usados y asimilados en la
medida en que el docente sepa mostrar las conexiones que puedan tener con los
problemas planteados y las preocupaciones de los alumnos. Para esto, es
necesario crear las condiciones de comunicación en el aula, de modo que el
alumno pueda volcar sus propias formas de ver, sentir y actuar.
¿Métodos o
estrategias de enseñanza?
A lo largo de la historia, se ha buscado establecer
el método, es decir, el conjunto de reglas y ejercicios para enseñar alguna
cosa, de modo sistemático y ordenado.
Para Comenio, dados
un docente, un alumno y un contenido, sólo debemos seguir el método para
obtener una modificación en el alumno. Para él la enseñanza está caracterizada
por:
a) La
homogeneidad de la población escolar a la que se va a enseñar; la enseñanza
debe ser uniforme, si los alumnos están todos juntos aprenderán de la misma
forma. De este modo, se deja de lado las características y necesidades de cada
persona.
b) La
verdad del contenido a enseñar; el contenido es una construcción social y cultural
muy compleja y la verdad como tal depende de los acuerdos sociales que le
otorgan autoridad y legitimación.
c) Los
pasos o reglas que componen el método; los pasos por reglas componen el
método y hacen posible y efectiva la materialización del contenido.
d) El
cumplimiento de lo anterior llevará al éxito, es decir, la modificación
deseada de las características personales del alumno.
Stenhouse propone
hablar de estrategias como una alternativa a la concepción de método, ya que
estrategias de enseñanza implica la planificación de la enseñanza y del
aprendizaje a base de principios y otorga mayor importancia al criterio
docente. Las estrategias de enseñanza permiten abandonar las prácticas de
enseñanza en función de pasos fijos para adentrarnos en principios de
procedimientos más amplios. No existen soluciones universalmente válidas: la
idea de estrategias permite ver que la enseñanza es un complejo arte en
relación al cómo, porque y para que enseñar.
Filosofías de la enseñanza
Existen muchas formas de entender, conceptualizar,
describir, explicar y organizar las actividades de enseñanza. Cada perspectiva
se asienta en una filosofía sobre la enseñanza, en una manera global de
entender, analizar y explicar los fenómenos educativos. Cada filosofía tiene
dos niveles: qué es la enseñanza y cómo se debe enseñar. No es posible separar
los modelos de comprensión de los modelos de intervención.
I.
La enseñanza
es una actividad técnica
Desde esta teoría, se otorga a la práctica de la
enseñanza el carácter riguroso y fundamentado de una ciencia aplicada. Se debe
regular la práctica educativa a través de modelos tecnológicos acusados en el
conocimiento y la investigación científica. Se busca dejar de lado la
improvisación y el sentido común, etapa precientífica en la cual el empirismo
docente obstaculizada e impedía el desarrollo óptimo de la enseñanza. La
escuela es una institución con una finalidad clara y ésta debe formularse en
forma de objetivos consensuados y bien definidos teniendo en cuenta las
problemáticas propias de los alumnos, su vida extraescolar, la naturaleza de
las materias de enseñanza, la psicología del aprendizaje y un conjunto de
valores.
Los objetivos deben identificar el tipo de
comportamiento do a desarrollar en el alumno y el contenido o área de la vida
en la que debe operar dicho comportamiento.
Taba propone siete etapas de trabajo:
1. Diagnóstico
de las necesidades.
2. Formulación
de objetivos.
3. Selección
del contenido.
4. Organización
del contenido.
5. Selección
de experiencias de aprendizaje.
6. Organización
de las experiencias de aprendizaje.
7. Determinación
de lo que hay que evaluar y de los modos y medios para hacerlo.
Así surgió la pedagogía por objetivos o
enseñanza por objetivos.
A la tarea de enseñar la deben realizar los
expertos y especialistas en educación, el docente se vuelve un técnico que
deberá resolver los problemas del aula desde una perspectiva instrumental,
aplicando los recursos y las estrategias prescritas por los especialistas. El
Profesor es ejecutor de las disposiciones tomadas por los científicos.
El modelo proceso-producto
fue una perspectiva de investigación sobre la enseñanza norteamericana entre
1940 y 1970. Se proponía desarrollar conocimiento científico a partir de dos
variables de investigación: el comportamiento docente y el rendimiento
académico de los alumnos (aprendizaje de los alumnos). Si se logran identificar
estilos de enseñanza que se correlacionen con rendimientos académicos
satisfactorios, la eficacia de los docentes puede conseguirse: formando
docentes en estos estilos se obtendrán los resultados buscados. De este modo,
el docente es la variable más significativa y decisiva en la determinación del
rendimiento académico de los alumnos. Sólo se tiene en cuenta los
comportamientos observables y medibles de docentes y alumnos, dejando de lado
el tiempo y lugar, contexto social, cultural e histórico. Se concibe a la
enseñanza como un entrenamiento de habilidades.
Críticas:
-
No explica porqué determinadas estrategias de
enseñanza conducen al hombros y otras no.
-
Este modelo supone que la influencia educativa
funciona solamente del docente hacia los alumnos, no a la inversa.
-
Se elimina el contexto y con él las dimensiones
socioculturales que atraviesan la situación de aula.
-
El rendimiento es medido en pruebas pero sabemos
que el aprendizaje significativo para la vida de los sujetos se consolida
gradualmente a lo largo del ciclo escolar y probablemente no se manifieste bien
en una prueba de rendimientos estandarizada.
-
No reconoce al contenido como una construcción
social.
-
No se tiene en cuenta que los comportamientos
docentes y los estilos de enseñanza dependen de la naturaleza del contenido a
enseñar: no es lo mismo enseñar matemática que literatura.
El modelo de programación
lineal fue desarrollado sistemáticamente por Skinner y se basa en la
teoría del condicionamiento operante. Los estudiantes que den una respuesta
correcta en cada una de las etapas reciben una gratificación o premio
(permitirle a los alumnos seguir avanzando)
Cada programa de instrucción constituye una secuencia
fija lo cual obliga al Profesor a tener un conocimiento claro y detallado de su
materia y secuenciar los contenidos. A los alumnos les permite hacer el mismo
recorrido sin establecer diferencias. El programa está preparado para que todos
los alumnos lleguen al final siguiendo el mismo camino.
El programa de instrucción debe ser explicitado
antes de ser aplicado. El docente es un ejecutor de los programas producidos
por los especialistas quienes están fuera de la escuela y de las aulas.
II.
La enseñanza
es una actividad artística y política
Desde esta perspectiva, la vida del aula es una red
de intercambio, creación y transformación de significados. La enseñanza debe
orientar y preparar las comunicaciones que hacen posible el aprendizaje. La
enseñanza es una actividad no mecánica que consiste en ayudar al alumno a
plantearse y resolver nuevos problemas. Por tal motivo, los alumnos deben
activar sus esquemas de pensamiento, activar su códigos de interpretación del
mundo y de comunicación con los otros.
El docente deberá ser intérprete que interviene en
esa red de significados, sentimientos y actuaciones, buscando acercar la ayuda
para los problemas planteados. Su principal tarea será el diagnóstico
permanente de las situaciones de habla y la evaluación de los intercambios que
se producen. El docente no puede imponer significados construidos de antemano y
esto le permite salirse de los límites impuestos por el currículum y tomar
decisiones apelando a su juicio profesional.
El carácter artístico de la enseñanza no implica
improvisación sino que requiere de estudio, ensayo y técnicas. Lo más
importante son los procesos del respeto por los principios de procedimientos
para realizar los valores que orientan la actividad educativa. Los docentes
deben clarificar y comunicar las bases sobre las que toman decisiones, los
supuestos filosóficos y los fundamentos para elegir una opción u otra. La
enseñanza debe iniciarse a partir del conocimiento, en lenguaje y los
propósitos de cada alumno o grupo, teniendo en cuenta las diferencias,
favoreciendo los intercambios, la participación, experimentación y
comunicación.
El docente tiene la doble tarea de ejercer una
autoridad democrática que favorezca el aprendizaje significativo de sus alumnos
y cumplir con el programa prescrito. Debe asumir la indeterminación de las
situaciones de enseñanza y construir un equilibrio entre ser equitativo y
democrático y mantener el control de su rol le impone.
Stenhouse en 1970, en Inglaterra, distingue en la
enseñanza cuatro procesos diferentes:
þ Entrenamiento:
se ocupa de la adquisición de capacidades.
þ Instrucción:
se ocupa del aprendizaje de información.
þ Iniciación:
se ocupa de la familiarización con valores y normas sociales.
þ Inducción:
supone introducción en los sistemas de pensamiento (conocimiento) de la
cultura.
Esta concepción artística y política de la
enseñanza, piensa en sujetos insertos en su cultura donde los resultados no
están determinados de antemano. No existe una única respuesta válida y por lo
tanto será el docente quien determine con criterios elaborados el Valor del
trabajo de los estudiantes. La evaluación no será objetiva pero dará cuenta de
la calidad del docente, en tanto éste sea capaz de realizar evaluaciones bien
construidas.
Los docentes no deben usar su poder o autoridad
para imponer sus ideas, opiniones o perspectivas.
No hay una diferenciación profunda entre medios y
fines. La comprensión sólo se puede desarrollar en un clima de creatividad y
polémica. Lo que hace que una acción se educativa no es la producción de resultados
sino el desarrollo de las cualidades y las capacidades que se busca fortalecer
y que se ponen de manifiesto en la acción.
Los alumnos aprenden realmente cuando se apropian
del conocimiento, lo asimilan y adaptan a sus circunstancias.
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